Al principio, mi pareja pudo enamorarse de mi gran flexibilidad para adaptarme a todos sus planes: "¡Claro que sí, mi amor lo que tu quieras!" Le atrajo mi bondad, mi buen carácter, mi optimismo y ligereza ante el conflicto. Le gusto que yo no era nada egoísta. Noto que tenía gran capacidad de aguantarle todo: su mal genio, sus grocerías y su egoísmo. Me olvidaba de mi mismo, vivía pendiente de mi pareja y le daba gusto en todo: sus preferencias, sus comidas, etc. Le dí un lugar tan importante en mi vida que tomaba decisiones de acuerdo con lo que ella dijera. Yo podía vivir mi vida a través de ella. Si se sentía bien, yo también estaba bien. Si le iba mal, yo me sentía triste.
Con el tiempo... mi pareja se harto de mi falta de identidad, de ser aburrido, carente de personalidad y menospreciado. Me convertí en una carga por mi indecisión, mi falta de carácter y asertividad, pues no tengo una postura definida en la vida. Mi pareja se cansó de que yo no afrontaba ni "tomaba el toro por los cuernos" cuando se presentaba cualquier problema o situación conflictiva, de que no supiera establecerme ni enojarme cuando la situación lo ameritaba.
Sin iniciativa ni metas claras individuales ni luz propia para identificar mi propio camino. En pocas palabras, se fastidió de vivir con una persona aburrida que vive, piensa y siente a través de ella en lugar de ser dos seres independientes que pueden compaginarse en un mismo amor.
La solución...
Ahora seré una persona tranquila e intuitiva, pero a la vez independiente, con carácter, dueño de mi mismo y con la estabilidad interna. Sé que quiero y a donde voy; acepto y enfrento la realidad, los problemas y el cambio como parte inevitable de la vida. Mi serenidad y paciencia me permiten ser receptivo, un gran apoyador y tener gran capacidad para escuchar y mediar en cualquier situación; así lograré que los demás se sientan a gusto. Aunque quiero complacer y agradar a otras personas, primero me acuerdo de mi y después veo por los demás.
Hago lo que me gusta con pasión y alegría y ne consiento sin sentir ningún tipo de egoísmo o remordimiento. En mi interior me siento en paz y con mucha fuerza, y esto me ha permitido desarrollar un sentimiento de valor y amor por mí, además de tener una mejor conexión con ni cuerpo, con los demás y con mi energía instintiva, lo cual me permite ser más profundo y reflexivo con mis pensamientos y mis sentimientos.
Expreso de manera creativa esa energía interna a través del deporte, la escritura, la música, etc. Me fascina sentirme conectado con la naturaleza y con los animales porque me llenan de paz y energía. Soy alérgico a las persona pretenciosas y presumidas ya que, para mí, la belleza se encuentra en las cosas simples, en la sencillez de las personas, en la inocencia y la honestidad.
¿Cómo deberías tratarme...?
- Odio que me presionen, así que dame tiempo. Sólo hazlo cuando sea necesario.
- Riete y diviertete conmigo, disfruta de esa parte simple de la vida.
- Ayúdame a descubrir en que soy bueno, cuáles son mis capacidades, qué me motiva, qué me apasiona, qué me llena a mí y no a los demás.
- Tómame en cuenta, voltea a verme, inclúyeme. No me ignores o minimices porque eso me lastima mucho.
- Funciono mejor si me reafirmas y me animas que si me regañas o me culpas.
- Ayúdame a salir de mi zona de confort, a que descubra y pruebe el cambio y los retos, a que me involucre y comprometa con la vida.
- Por las buenas puedes sacarme lo que quieras, pero nunca por las malas.
- Me gusta apoyar y ayudar, pero no te aproveches ni me utilices.
- Abrázame, demuéstrame afecto físico. Necesito mucho cariño, apoyo y paciencia para mostrarte mis sentimientos más íntimos.
- Estimúlame a decidir y a tomar acciones para que me sienta útil e importante. Empieza por cosas pequeñas.
- Hazme preguntas que me ayuden a aclarar mi mente porque, aunque me veas tranquilo y en paz, por dentro escondo mucha ansiedad.
- Cuando te hable, deja de hacer lo que haces y escúchame con atención . Necesito que me valides con tu cariño y paciencia.